jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Y por qué deberían entenderme?

Hoy caminé por horas haciendo turismo, mirando detalles, observando a la gente, intentando entender el por qué acelerados, el por qué celebran si tal vez ni siquiera sienten a Dios en sus vidas, ¿por costumbre?. Yo quiero celebrar porque es el cumpleaños de Cristo y para ello me he intentado preparar, soy imperfecto, pero acá estoy, tal cual soy, esperando ese nacimiento salvador, con la esperanza de verme renovado.


Mientras caminaba buscando detalles, encontré un poste cualquiera con un ramo de flores adherido y un mensaje. En el escaso inglés que domino logré entender que se trataba de una madre que dejó un mensaje a su hijo fallecido; decía que nadie llena ese espacio y que volverán a ser felices cuando vuelvan a ver su rostro. Impresionante muestra de amor fraterno!


"El mensaje de esa bella madre es el que abajo muestro"















Es la sensación que tengo, que mientras no vuelva a estar con mis padres no podré ser completamente feliz. Creo que se debe ser feliz en la vida, pero se convive con el dolor. No es comparable la muerte de un hijo, con la de un padre, o la de una madre, con la del padre...cada muerte tiene lo suyo, deja su marca, deja su herida...herida por sanar y en los tiempos y con los remedios que tengamos en el momento.

A veces me sorprendo intentando hacer entender a los que me juzgan, a los cercanos que juzgan, pero luego pienso ¿por qué debería pretender que alguien que no lo ha vivido lo entienda?. Ya será su momento....yo antes no sabía lo que era, ahora lo sé; ya será el momento de que tal o cual persona entienda este dolor y no solo se lo imagine, pero, ¿por qué la gente se siente con el derecho de criticar tan duramente el dolor ajeno?. No se trata de que esté atado al dolor, ni que goce en el sufrimiento, pero es inevitable recordar con especial sensibilidad en esta fecha a mis padres...si ambos gozan de la presencia de Dios, no puedo más que alegrarme por el premio conseguido, pero a la vez, no puedo dejar de estar triste por la falta que hace su presencia física y por los recuerdos que generan las navidades pasadas. El año pasado por ejemplo, teniendo sospechas de que podría ser la última de papá (por su avanzado cáncer) nos preocupamos de adornar y hacer sentir más que nunca el cariño...eso es lo que "creo" deberíamos hacer a diario.

A ratos siento rabia de que juzguen mi dolor, que me critiquen duramente por no lograr salir aún del estado de duelo, ¿alguien dijo que todos debemos reaccionar de la misma manera y en el mismo tiempo?. Creo que los amigos son los que entienden....los que oyen, los que saben cuando guardar silencio, cuando hablar, cuando acompañar, cuándo y cómo criticar.

Sé que no soy el primero ni el último que ha sufrido la pérdida de sus padres, hay experiencias de dolor de otros de las que se puede aprender y de las que se debe aprender, pero, el proceso es personal, no estandarizado.

Hace algún tiempo un amigo sacerdote me dijo "si Jesús quiere visitarme con este vestido...pues así lo recibo". Es lo que siento en este momento, si Jesús está por nacer, y yo estoy asi, pues "asi lo recibo", he preparado el corazón, he limpiado, he ido sanando. Por amor a mis padres, me he prometido avanzar...como tantos otros lo hicieron en peores circunstancias que las mias. Voy de la mano de Dios y de mis padres.

Que el nacimiento del pequeño Jesús haga crecer en nuestros corazones el consuelo, la misericordia, la paz, la tolerancia. Muy feliz navidad, muy feliz cumpleaños querido amigo Jesús.






lunes, 6 de diciembre de 2010

Volar...


Volar, aprender a volar, aprender a salir del nido, volar y siempre sentir la presencia de quienes nos enseñaron a volar. En cada movimiento que doy, cada despertar, cada paso, cada anochecer me acuerdo de mis padres, de la infancia, de la importancia de esos años....lo malo o lo bueno que puedan haber hecho es tan importante en nuestra vida adulta. Lo que dejaron de hacer sin saber, lo que hicieron llenos de amor. A los padres nadie les enseña a ser padres, los mios fueron inmensamente generosos pues ahora entiendo que no es simple la vida. Ser jóvenes, arriesgarse a lanzarse a una vida juntos, enfrentarla, asumir la paternidad, vivir llenos de amor siempre, pese a sus diferencias, con amor y mucho respeto. Los valores, esos valores y principios que acompañan y que siento que son la guía en nuestra forma de ser.
Estando estos primeros días en Londres sigo pensando en ellos, en cada momento doy gracias por lo que hicieron, pienso en cuanto perdieron del "mundo" por vivir "su mundo familiar", el aprender a ponernos metas de felicidad y que las que otros quieran imponernos como metas, sino no son las nuestras, no considerarlas...creo que la felicidad es tan simple, detalles, una hoja en el camino, una ardilla que se me cruzó hace un par de dias, un gesto amable de alguien...una sonrisa, un detalle admirable de alguna obra de arte....sentir el frio, sentir el calor, tratar de no quejarse. No es simple, lo sé.
Estos dias en Londres me han regalado la oportunidad de estar tranquilo, lejos de casa, viendo todo con el prisma de la distancia y acompañado por un hermano. La amistad es un regalo de Dios y el poder cuidarla es nuestra responsabilidad. Volar, aprender a volar, ser guiados para hacerlo y tomar el rumbo correcto...vuela Rodrigo me dijo mi mamita hermosa; termina me encargó mi padrecito bueno en su agonía. Terminaré de aprender a volar, para luego volar...volar por la vida que Dios me ha regalado y por donde El decida llevarme. Volar.

Gracias padre bueno, gracias madrecita hermosa...ustedes me conocen y saben cuánto ha costado aprender a volar. Me siguen guiando y los sigo sintiendo en el susurro del viento, guiando mis movimientos.













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