No he cumplido, no he sido constante, el cansancio y el desánimo a veces son más fuertes y no he logrado hacer oración como esperaba. No dejo de estar conversando con Dios y mis madres, pero, la forma en que quería vivir este mes no ha sido la que yo quería. Ahora estamos a una semana de cumplir un nuevo año de vida eterna y siento que se viene todo a la memoria, todo lo que pasó hace tres años.
Ayer le contaba a mi hermana que al principio, cada noche a las 23:57 (hora del viaje a la vida eterna de mi madre) recordaba ese momento, luego cada sábado (día de su partida) luego, cada mes el día 8, ahora....recuerdo a diario a mi reina, pero, no es tan fuerte el sentimiento de volver a vivir todo lo que pasó.
Sin duda debe ser muy intenso, por eso admiro a las personas que trabajan ligados a la muerte, los que trabajan en hospitales, unidades de cuidados intensivos...siempre están al límite y además de convivir con la presión de sus trabajos, la vida y la muerte, deben lidiar con las familias de los enfermos, que no siempre deben ser muy tranquilos.
Me ha dado mucho gusto que mi sobrina menor tome (sin saber que llega el día) el nuevo año casi como una fiesta, deja dibujos y papel picado en el altar a mi madrecita, como un cumpleaños, como una fiesta. Renata, en su inocencia me ha enseñado algo que yo debería comenzar a sentir. El nuevo año de vida eterna es más una celebración que una tristeza. La pena es por no poder abrazar, tocar, besar, conversar, convivir con mi reina...pero, debería haber alegría porque sé que está junto a nuestro Dios, gozando del paraíso.
Espero el día que volvamos a abrazarnos. Te amo mamita, te extraño tanto mi negrita bella. A diario le pido a Dios fortaleza para acompañar a mi padre y su viudez, a mi hermana y su familia.
Espero poder cumplir con mi promesa de un regalo concreto para el cumpleaños.
Ayer le contaba a mi hermana que al principio, cada noche a las 23:57 (hora del viaje a la vida eterna de mi madre) recordaba ese momento, luego cada sábado (día de su partida) luego, cada mes el día 8, ahora....recuerdo a diario a mi reina, pero, no es tan fuerte el sentimiento de volver a vivir todo lo que pasó.
Sin duda debe ser muy intenso, por eso admiro a las personas que trabajan ligados a la muerte, los que trabajan en hospitales, unidades de cuidados intensivos...siempre están al límite y además de convivir con la presión de sus trabajos, la vida y la muerte, deben lidiar con las familias de los enfermos, que no siempre deben ser muy tranquilos.
Me ha dado mucho gusto que mi sobrina menor tome (sin saber que llega el día) el nuevo año casi como una fiesta, deja dibujos y papel picado en el altar a mi madrecita, como un cumpleaños, como una fiesta. Renata, en su inocencia me ha enseñado algo que yo debería comenzar a sentir. El nuevo año de vida eterna es más una celebración que una tristeza. La pena es por no poder abrazar, tocar, besar, conversar, convivir con mi reina...pero, debería haber alegría porque sé que está junto a nuestro Dios, gozando del paraíso.
Espero el día que volvamos a abrazarnos. Te amo mamita, te extraño tanto mi negrita bella. A diario le pido a Dios fortaleza para acompañar a mi padre y su viudez, a mi hermana y su familia.
Espero poder cumplir con mi promesa de un regalo concreto para el cumpleaños.
Acá vamos, un nuevo día, se acerca sin freno el nuevo cumpleaños de vida eterna.
Feliz nuevo año de vida eterna madre hermosa, pide a Dios que nos mande regalos de fortaleza mientras esperamos el feliz día de volver a estar juntos, esta vez, para siempre!
(esta tarjeta es parte de un regalo que hice a mi reina en enero del 2003, cuando celebrabamos el cumpleaños terrenal)
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