jueves, 3 de mayo de 2012

Hace mucho no me regalaba tiempo para este espacio...sin duda la vida a ratos nos lleva "pilladitos".
Han habido varios cambios en la vida, decisiones tomadas, miedos con los que convivo y enfrento, situaciones de alegrìa y aflicciòn; la vida misma, ¿no?.

Hoy he hecho una pequeña lectura bìblica y Dios me ha regalado un gran texto, que considerè importante compartir, para recordarlo yo, y tambièn para dar esperanzas y energìas a quienes puedan visitar este espacio y leer lo que, con menos frecuencia, escribo.

El texto està tomado de 2 Pedro, 1, 5-9
"Por eso, esfuèrcense con sumo empeño y añadan a la fe, la fuerza, a la fuerza el conocimiento, al conocimiento la moderaciòn, a la moderaciòn la constancia, a la constancia la piedad, a la piedad el amor fraterno y al amor fraterno la caridad. Si todas estas se hallan y acrecientan en ustedes, ademàs de nos ser inùtiles y estèriles, alcanzaràn el conocimiento de Cristo Jesùs nuestro Señor. Al contrario, quien no tiene este conocimiento es ciego y corto de vista, que olvida que fue purificado de sus antiguos pecados."

Dios nos bendiga y llene siempre de esa fe, fuerza, conocimiento, constancia, piedad, amor fraterno y caridad.

martes, 22 de noviembre de 2011

Comentario del evangelio (Lc 21,5-11)

Por San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia Homilía sobre la carta a los Romanos, n°24




«Cuando oigáis hablar de guerras y catátrofes, no temais»
Cuanto más se acerca el rey, hay que prepararse más. Cuanto más cercano es el momento en que se le concederá el premio al combatiente, hay que combatir mejor. Así que hagamos como en las carreras: cuando llega el final de la carrera, cuando se acerca el fin, estimulemos con más ardor a los caballos. Por eso dijo San Pablo: " Ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está avanzada, el día ya se acerca" (Rm 13,11-12). Ya que la noche se acaba y el día aparece, hagamos las obras del día; dejemos las obras de las tinieblas. Así como hacemos en esta vida: cuando vemos que la noche deja paso a la aurora y que empieza el canto la golondrina, nos despertamos los unos a otros, aunque todavía sea de noche... apresurándonos en las tareas del día; nos vestimos dejando atrás el sueño, para que el sol nos encuentre preparados. Lo que hicimos entonces, hagamoslo ahora: sacudamos la modorra, arranquemos los sueños de la vida presente, salgamos de nuestro sueño profundo y revistámonos con el traje de la virtud. Esto es lo que el apóstol nos dice claramente: " Rechacemos las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz" (v. 12). Ya que el día nos llama a la batalla, en el combate. ¡No os alarméis al oír estas palabras de combate y lucha! Si revestirse de una armadura pesada es doloroso, en cambio es deseable revestirse de una armadura espiritual, porque es una armadura de luz. Así brillarás con un resplandor mayor que el del sol, y brillando con un intenso resplandor, estarás segura, porque estas son las armas..., las armas de la luz. Entonces, ¿estamos dispensados de luchar? ¡No! Hay que combatir, pero sin llegar al cansancio y sin pesadumbre. Ya que esto es menos que una guerra, a la que se nos invita, como una fiesta y una celebración.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Por Santiago en bicicleta



Segundo dìa que me animo a venir a mi trabajo en bicicleta. La vez pasada fue en pleno invierno, hoy ya con mejor clima la situaciòn fue otra, gran ejercicio, media hora de pedaleo.



Creo que comenzar a hacer algo de ejercicio, no solo estar en casa, trabajo y parroquia serà de ayuda. Disfrutè mucho de ese pequeño rato de ejercicio.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Yo puedo



Una vez más un ángel se me ha presentado. Acabo de llegar de comprar alimento para los pajaritos y la esposa del dueño, una persona con mucho carisma, me he preguntado por el fin de mi carrera y ha hablado largo rato respecto a mi capacidad, mi inteligencia, mi carisma, que puedo hacerlo, que debo creerme el cuento. Palabras sabias que tantas veces otros me han dicho y que ahora han calado profundo.



Ruego a Dios me permita seguir sintiendo este impulso, ese apoyo, esas preguntas bien intencionadas, dejar de tener pánico, superar ese miedo a dar ese examen y poder terminar de una vez para mejor servir.



Pánico paralizante, padre mío, madre mía...ayúdenme a superar ese miedo.



sábado, 10 de septiembre de 2011

¿Los echas de menos?

Claro que sí...y mucho. La recuerdo a cada momento, no solo a ella, también a mi padre, están siempre muy presente, en todo lo que hago, cada movimiento, cada sentir me hace recordar esos días compartidos.


Me parece increíble el paso del tiempo, ya casi son 6 años.

Una persona me acaba de decir que recordaba con tanto cariño a mi madre, que ella era tan "buena gente, tan chora", me pregunta ¿la echas de menos?, mi respuesta inmediata y evidente fue "claro, mucho!!".

Los días recientes han sido de mucho sentimiento en el país, el accidente aéreo en el archipiélego de Juan Fernández, la muerte de 21 personas, todas que iban a solidarizar con personas que han sufrido. La partida de Felipe Cubillos y especialmente de Felipe Camiroaga ha golpeado profundo en muchos, incluso en mi. Pienso, ¿tendré tantos amigos? pese a no ser de andar rodeado de gente, ser más bien solitario y silencioso, ¿quién lloraría mi partida?.

Ciertamente la muerte, el paso de esta vida a la vida eterna es un premio, un regalo para los que tenemos Fe, algo que esperamos con ansias los que sentimos que tenemos personas más allá esperando por nosotros...se les extraña mucho. Esta vida es una ofrenda, un regalo de amor y siento que los días que restan deben ser motivados por el amor. Esta mañana mientras lavaba mi auto sentía el susurro del "vive...vive".

Ciertamente los echo de menos, mucho. Gracias a Dios por los hermosos padres con que me premió en esta vida, ahora a sacar fuerzas para continuar y hacer de esta vida una ofrenda de amor. Dios fortalezca y acompañe!

viernes, 26 de agosto de 2011

Dos velorios.



La semana pasada recibí el premio de poder asistir a misa varios días durante semana, algo que hace mucho tiempo no me regalaba. ¿Cómo sucedió?, simple, en vez de ir a la comunidad en donde participo (Maipú) fui a la parroquia que queda a escasas cuadras de mi casa.





La verdad, son comunidades totalmente distintas, una es viva, alegre, activa; la otra apagada, solitaria, diría que hasta triste (muy penosamente!)


El asunto es que curiosamente uno de los dias que fui, la parroquia estaba extrañamente con más gente de lo habitual; que pena decirlo pero siempre serán 6 personas promedio?.


Ese día había mucha más gente (30?), ¿la razón? un velorio, uno de los pocos motivos por los que tantos católicos se acercan a la Iglesia, junto a los matrimonios y uno que otro evento.


Pensé mucho sobre la muerte, el nacimiento a la vida eterna, observaba a los familiares y amigos sufriendo por el difunto y yo me sentía como observando desde lejos...aún sabiendo muy bien el dolor y pena que se siente. Extrañamente en paz, pensando en que sin duda ellos en algún tiempo más estarán más tranquilos, más serenos, más entregados y consolados, como me siento ahora.


Al momento de la comunión cantaron una canción que a mi madre le encantaba, la hacía llorar y que por largo tiempo luego de su muerte, también me causaba mucha pena oirla, llanto y angustia. Esta semana la oí con tanta tranquilidad que me sorprendió. El "pescador de hombres" es y será la canción con que recordaré a mamita en las Eucaristías, pero ese día, por primera vez sentí tranquilidad.


Al día siguiente fui a misa nuevamente, y otra vez más gente de lo habitual. La razón, evidente, otro velorio. Pensé en lo lógico: cada día fallece alguien y cada día sus familias y amigos sufren el dolor de una partida. Veías sus rostros, se sentía su pena y me acordaba tanto de las dos muertes más intensas que me ha tocado vivir...y la extraña sensación de sentirse "huérfano" pero en paz, aceptando la voluntad de Dios.



Al momento de la comunión otra sorpresa de Dios, cantaron la canción con más le gustaba a papá en la Iglesia. La oí y fue inmediata la sensación de "ayer mamá, hoy papá, en dos días recordé lo que me tocó vivir con algunos años de diferencia, esta vez más tranquilo, consolado y en otra casa". La canción con que recuerdo a papá es "El alfarero".


Fue realmente un regalo de Dios el poder vivir en dos días seguidos esa experiencia de recuerdo, y hacerlo en paz, sin angustia.




Dios y mis padres desde el cielo me permitan poder continuar avanzando en esta vida a paso firme, sin miedo, sujeto a sus manos y enfrentando lo que la vida me traiga de regalo, lo bueno y lo menos bueno.


Dos velorios en dos días, uno en memoria de mamita, el otro en memoria de papito. En paz, con pena pero en paz...aprendiendo a caminar. Queridos mamá y papá, los adoro!!




viernes, 5 de agosto de 2011

Gracias por tu compañia.



Por años fue distracción, alegría y compañía de papá. Esta tarde al llegar de la oficina ví que en una de las jaulas yacía el cuerpo sin vida de un pajarito, uno de los que papá más quería.


Se trataba de la hembra de una pareja de "inseparables", el macho ha quedado solo, triste y espero que logre mantenerse firme y con vida por más tiempo.


Puede ser solo un pajarito, pero para mi es mucho más que eso, es el recuerdo de años de compañía, distracción y vida.


Gracias por habernos acompañado durante tanto tiempo, gracias por tu vida y por ser parte de nuestras vidas.


Gracias a Dios por el regalo de la vida...y de la vida eterna.






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