lunes, 6 de diciembre de 2010

Volar...


Volar, aprender a volar, aprender a salir del nido, volar y siempre sentir la presencia de quienes nos enseñaron a volar. En cada movimiento que doy, cada despertar, cada paso, cada anochecer me acuerdo de mis padres, de la infancia, de la importancia de esos años....lo malo o lo bueno que puedan haber hecho es tan importante en nuestra vida adulta. Lo que dejaron de hacer sin saber, lo que hicieron llenos de amor. A los padres nadie les enseña a ser padres, los mios fueron inmensamente generosos pues ahora entiendo que no es simple la vida. Ser jóvenes, arriesgarse a lanzarse a una vida juntos, enfrentarla, asumir la paternidad, vivir llenos de amor siempre, pese a sus diferencias, con amor y mucho respeto. Los valores, esos valores y principios que acompañan y que siento que son la guía en nuestra forma de ser.
Estando estos primeros días en Londres sigo pensando en ellos, en cada momento doy gracias por lo que hicieron, pienso en cuanto perdieron del "mundo" por vivir "su mundo familiar", el aprender a ponernos metas de felicidad y que las que otros quieran imponernos como metas, sino no son las nuestras, no considerarlas...creo que la felicidad es tan simple, detalles, una hoja en el camino, una ardilla que se me cruzó hace un par de dias, un gesto amable de alguien...una sonrisa, un detalle admirable de alguna obra de arte....sentir el frio, sentir el calor, tratar de no quejarse. No es simple, lo sé.
Estos dias en Londres me han regalado la oportunidad de estar tranquilo, lejos de casa, viendo todo con el prisma de la distancia y acompañado por un hermano. La amistad es un regalo de Dios y el poder cuidarla es nuestra responsabilidad. Volar, aprender a volar, ser guiados para hacerlo y tomar el rumbo correcto...vuela Rodrigo me dijo mi mamita hermosa; termina me encargó mi padrecito bueno en su agonía. Terminaré de aprender a volar, para luego volar...volar por la vida que Dios me ha regalado y por donde El decida llevarme. Volar.

Gracias padre bueno, gracias madrecita hermosa...ustedes me conocen y saben cuánto ha costado aprender a volar. Me siguen guiando y los sigo sintiendo en el susurro del viento, guiando mis movimientos.













4 comentarios:

dijo...

Que cierto es eso de que la felicidad está en los detalles, siempre lo olvido.

Saludos.

Rodrigo dijo...

Gracias por el comentario...es cierto eso que con frecuencia nos olvidamos, pero cuando se tiene tiempo para ver el camino, es bueno ir viendo los detalles que nos regala Dios. Un abrazo.

Chiara Luna dijo...

que buena reflexión, se nota que tuviste unos buenos padres, y dejaron una huella de amor en ti, imborrable. Éxito en Londres o donde estés, dicen que el clima de allá se parece al de Puerto Montt, aunque a mi me matan los días grises y la lluvia. Saludos

Rodrigo dijo...

Gracias Pamela, espero que esa enseñanza y valores que mis padres me dieron nunca se borre en mi, que sea tal como dices "imborrable", quiero ser un reflejo de ellos y del amor que siempre se manifestaron, pese a las complicaciones y diferencias que sin duda la vida a ratos nos regala. El clima en Londres está como pleno invierno, con nieve, frio, viento...pero es un regalo para mi también, pues será mi primera "blanca navidad", como aquella de los cuentos, libros o peliculas que siempre nos mostraron y no entendiamos los que vivimos en pleno verano la navidad. Un abrazo grande para ti y muy feliz navidad!

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