Estos días he estado en proceso de orden, de limpieza, de análisis.
Ayudando a un amigo en su cambio de casa, recibiendo visitas en mi casa, tratando de aprender a recibir los regalos de Dios tal cual llegan, sin buscarlos, una visita inesperada, un mensaje de aliento, una canción, una planta que vi y no había visto antes, tratando de abrir un poco más y no estar tan encerrado en mi espacio de seguridad.
Ayer estuve en proceso de limpieza general en casa, es algo que necesitaba y que es parte también de lo que considero una obsesión, pero, más que eso, una necesidad imperiosa de estar en un sitio limpio, pulcro, que huela bien, en donde pueda recibir, en cualquier momento a quien Dios quiera enviar y no tener que estar dando explicaciones de "ups, disculpa el desorden".
Dios me permita poder cumplir las metas simples, pero a la vez tan grandes, que me he propuesto para este año. Será un duro trabajo, pero, de la mano de Dios, de mis padres del cielo, de la familia y amigos, allá voy!!
Quiero compartir un bello mensaje que leí esta mañana, tan agradecido, tan sencillo y tan cierto!
Como siempre, un fuerte abrazo en la paz de la oración.

Libro de Eclesiástico 51,12-20.
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